Cuál es el motivo principal de la sociedad civilizada... Cuál es la razón de pretender sostener las leyes y las organizaciones... ¿Hemos hecho lo suficiente para comprender ésta vida como una existencia necesaria y obligatoria hacia los fines que perseguimos?
Somos cáscaras vacías, rellenas con conceptos y doctrinas, ideas que no son nuestras, la motivación que perseguimos es realmente la que corresponde a nuestros corazones. Nos educamos de acuerdo a lo que la sociedad espera y dejamos el colegio aguardando que las respuestas se clarifiquen en la universidad, pero es una decepción tras otra descubrir el lento proceso de supervivencia que tenemos que enfrentar. Nos comprometemos, tenemos hijos, nos endeudamos, fracasamos, deterioramos la salud, enfermamos, morimos. Pero nada es real.
Debo confesar que apenas puedo conciliar mis verdaderos propósitos en esta vida, y pese a que ahora los tengo claros la frustración es mayor con los golpes del tiempo y de la vida. He decidido entonces aceptar el reto, y como conocedor de la farsa que es la ley y la justicia no apuesto ni un centavo a la organización que respalda el Estado y la sociedad, prefiero acudir a mi estabilidad como ser humano y procurar por la seguridad de los míos, abandonando toda fe en esta farsa que es la humanidad.
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