Por: Iván
Prado Sejas
Fuente: http://www.lostiempos.com/lecturas/musica/musica/20140504/ana-triveno-la-saga-que-devora-almas_253677_554893.html
Anita
Triveño Gutiérrez nos presenta Canciones del Corazón Mojado, primer volumen de
la saga El Devorador de Almas, dentro del subgénero de la fantasía inmerso en
la narrativa boliviana. Esta obra es un canto literario para los jóvenes ávidos
de aventuras en mundos sobrenaturales o maravillosos.
La ciudad de
Cochabamba es el escenario de aventuras inverosímiles donde aparecen sueños
para quien parece no vivir la realidad, y sí existe en un mundo fantástico
lleno de entidades maravillosas que hacen que la vida tenga un significado.
El argumento
nos lleva a un mundo donde los personajes no solamente están en una etapa
natural de su desarrollo, sino que también atraviesan por una crisis
existencial fruto de un proceso de deterioro de la propia sociedad. Moria y
Silver representan a una pareja joven, en una relación auténtica pero, al mismo
tiempo, fantasmagórica. Ambos son luz y sombra de una misma realidad incrustada
en una historia ficcionada. “Yo era su vida, pero él también era la mía” dice
la protagonista principal, para mostrar la interdependencia existencial de dos
espíritus, tangibles e intangibles, al mismo tiempo.
En la obra,
figuras míticas emergen detrás de la imaginación de los personajes. Anita
Triveño describe los sucesos de forma pulcra y detallada. El tiempo y el
espacio armonizan en hechos entrelazados que dan lugar a un hilo narrativo muy
singular. El lector vivirá la realidad y la irrealidad al mismo tiempo.
Anita
Triveño es una escritora joven para jóvenes. Su potencial es enorme, y esto lo
muestra con una vasta producción de novelas dirigidas a la juventud. Entre sus
obras podemos mencionar: La Luna de Apolo (2009), Cazador de Sombras (2010), La
Muerte quiere Morir (2011) y Sibelle para Benjamín (2012). En ese contexto,
ella parece decir que los jóvenes son el mañana y que su magia puede cambiar el
mundo.
Anita se
aventura por caminos donde la historia fluye y los personajes muestran sus
emociones y sus formas de ver y pensar, traducidos en un lenguaje
simbólico. Esto muestra el potencial de
Ana Triveño para el futuro y que poco a poco, seguramente, se transparentará
mucho más en su obra cuando logre penetrar en las profundidades de su ser y
encuentre su alma ligada a los mundos reales y fantásticos. Así podrá recrear
el mundo y transformar la sociedad. Y por cierto, siendo Bolivia un país
carente de bibliografía dirigida a la juventud, el aporte de Anita sobresale
mucho más todavía para el lector ávido de historias fantásticas, muy
fantásticas.
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