Amigos, un gran pedazo de mi vida, tuve el preconcepto al pensar que los escritores eran seres superiores; espíritus de elevada melodía volando por encima del mundanal ruido. Nada mas alejado de nuestras realidades, calderos bulliendo con las relaciones turbulentas de vivir en un planeta de expiación, donde nadie muestra el verdadero rostro y la mayoría ignora el suyo. Somos seres imperfectos con la ceguera compulsiva de ver nuestras imperfecciones en el otro y con la soberbia de ser dueños del tesoro intangible de la verdad. Cada uno de nosotros es una singularidad de inigualable valor cósmico y a la vez un miserable y efímero chispazo de la existencia. Cada un o de nosotros evolucionamos a diferente ritmo, pése y gracias a quienes caminan al lado nuestro; todas las experiencias enseñan. Cualquier intento de daño retornara al origen: es una ley universal, por tanto resulta irrelevante preocuparse. La respuesta apropiada a una acción destructiva es dejarla diluirse en la inacción, no vale la pena perder las energías que necesitamos para edificar nuestra construcción personal y colectiva. Cuando sea necesario nuestra obra deberá responder por nosotros.
Por G-MON
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